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Despierta tu motivación más interna

“Sí, la victoria es dulce, pero no necesariamente hace la vida más fácil la siguiente temporada o incluso al día siguiente. Después de que las multitudes que aclaman se dispersan y la última botella de champán se agota, tú has de volver al campo de batalla y empezarlo todo de nuevo. En el baloncesto – como en la vida – la verdadera alegría proviene de estar presente en cada momento, no solo cuando las cosas van a tu gusto. Por supuesto, no es un accidente que las cosas sean más propicias de ir a tu gusto cuando dejas de preocuparte por si vas a ganar o a perder y focalizas toda tu atención en lo que está ocurriendo justo en ese momento.”

Así empieza el libro “Canastas Sagradas” del gran Phil Jackson, uno de los mejores entrenadores de baloncesto de la historia, con un récord absoluto de hasta 11 títulos en la NBA.

 
Una introducción que pone su énfasis en la importancia de saber conectar y disfrutar más del camino, del momento, de cada entrenamiento, de cada partido, sin que la alegría o la felicidad dependa exclusivamente del resultado final. Porque cuando la motivación se limita a un objetivo de resultado, si no se consigue se vive frustrado/a y si se consigue, se corre el riesgo de que se acabe el sentido.
 
Parece contradictorio pensar que cuando un/a deportista lo consigue “todo” (lo que se propone) pierda el sentido o se sienta vacío/a, pero sí, también pasa. Sin ir más lejos, tenemos el caso del futbolista Andrés Iniesta, cuando a sus 25 años después de ganar el triplete y de un año deportivo pletórico con el FC Barcelona, cayó en una depresión al pensar que ya no tendría mayores aspiraciones por las que luchar.
 
Que, por cierto, nada más lejos de la realidad, pues con ayuda profesional consiguió recuperarse relativamente rápido y un año más tarde, en 2010, volvió a hacer historia en el Mundial de Sudáfrica con aquel mágico gol que dio la victoria a España en la final contra Holanda.

Pero es por ello que para cultivar una motivación más regular y a largo plazo se necesita aspirar a algo más que a la mera consecución de objetivos de resultado, con los que si nos obcecamos nos podríamos llegar a estancar.

 
Y puesto que se nos presenta una temporada bastante incierta (debido al COVID-19) con muchas competiciones que por ahora siguen sin fecha, por qué no aprovechar para poner en práctica la filosofía de Phil Jackson y aprender a focalizar nuestra atención en “este momento, aquí y ahora”, recreándonos mucho más con nuestro progreso diario. Y despertando o reforzando asimismo esa motivación intrínseca (la que surge del disfrute por la propia práctica) que además de ser más duradera es la que mejores resultados da.
 
¿Y si esta temporada aspirásemos a desarrollar una mentalidad que fuera mucho más allá del simple deseo de querer ganar?

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