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“Sí, la victoria es dulce, pero no necesariamente hace la vida más fácil la siguiente temporada o incluso al día siguiente. Después de que las multitudes que aclaman se dispersan y la última botella de champán se agota, tú has de volver al campo de batalla y empezarlo todo de nuevo. En el baloncesto – como en la vida – la verdadera alegría proviene de estar presente en cada momento, no solo cuando las cosas van a tu gusto. Por supuesto, no es un accidente que las cosas sean más propicias de ir a tu gusto cuando dejas de preocuparte por si vas a ganar o a perder y focalizas toda tu atención en lo que está ocurriendo justo en ese momento.”
Así empieza el libro “Canastas Sagradas” del gran Phil Jackson, uno de los mejores entrenadores de baloncesto de la historia, con un récord absoluto de hasta 11 títulos en la NBA.
Pero es por ello que para cultivar una motivación más regular y a largo plazo se necesita aspirar a algo más que a la mera consecución de objetivos de resultado, con los que si nos obcecamos nos podríamos llegar a estancar.