Vivir con horarios
No todo tiene que estar planificado ni mucho menos, pero tener un horario fijo de lunes a viernes, por ejemplo, para ir a dormir, comer, hacer ejercicio físico y estudiar nos ayudará a cumplir con más regularidad nuestro plan semanal. Además, para algunas actividades, tener un horario acotado hará que nos motivemos, concentremos y rindamos mucho más (por ejemplo, hacer el máximo nº de saltos en 3 minutos o estudiar un número determinado de hojas en media hora). Recuerda cuando un fin de semana competías y no tenías tiempo para estudiar, ¿a qué esa semana de exámenes te concentrabas mucho más cuando encontrabas un rato para estudiar al saber que empezaba la cuenta atrás (ahora o nunca)?
Escribir a mano objetivos diarios
Escribir a mano (en una agenda, un post-it, una libreta, un calendario…) implica un pequeño esfuerzo cognitivo que nos permitirá interiorizar, recordar y comprometernos mucho más con esos objetivos que si nos marcamos a diario nos ayudarán a dar orden y sentido a nuestra nueva rutina de vida.
Entrenar o hacer ejercicio físico de forma regular
Si te está costando tener cierta regularidad, puedes comprometerte un par de días a la semana a hacer videollamadas con otros compañeros del equipo que te puedan contagiar sus ganas de entrenar, aprovechando además este tiempo extra para trabajar aquellas carencias físicas que tenías pendientes de mejorar. Entrenar o hacer ejercicio físico de forma regular, entre otros de sus múltiples beneficios, te ayudará a reducir la intensidad de emociones como la ira, la tristeza o la ansiedad y aumentará tu bienestar emocional al liberar endorfinas (las hormonas de la felicidad). Además, puede ser una buena oportunidad para afianzar vínculos de amistad y fomentar la unión en el equipo.
Buscar de nuevo el sentido
Más importante que tener ganas es tener motivos, que son los que nos hacen ser constantes y perseverantes: ¿para qué hago esto?, ¿para qué me esfuerzo?, ¿cuál es la meta final? Una meta que, a título personal, nos empuje cuando más lo podamos necesitar. También nos puede ayudar visualizar esas emociones tan agradables que sentiremos después si conseguimos nuestros objetivos. Recordemos que, pese a estar confinados y que los campeonatos se hayan aplazado, nuestros objetivos siguen teniendo un precio a pagar en tiempo, esfuerzo y compromiso para poder optar a conseguirlos. Esta cuarentena puede ser un gran momento para reforzar la parte física, mental o emocional, para reflexionar sobre tu trayectoria deportiva hasta la fecha, para dejarnos inspirar por grandes deportistas (se están haciendo muchas entrevistas a referentes en redes sociales) o incluso para desconectar y volver con las pilas cargadas. No es el fin del mundo, es una temporada diferente de la que sacarán más partido los deportistas más resilientes (los que se adapten mejor a las circunstancias).
Dedicar más tiempo a lo que nos gusta
Ese tiempo que antes nos faltaba para pintar, tocar un instrumento, leer, ver series, cocinar… este punto es fundamental para aumentar nuestro bienestar y además lo podemos utilizar a modo recompensa después de cumplir con nuestros objetivos diarios. Por ejemplo, prepararnos nuestro batido de frutas preferido después de entrenar, tomar un rato el sol, hacer pizza para cenar…
Desarrollar la capacidad de focalizar la atención en todo lo positivo
Para ello, podemos hacer el siguiente ejercicio: creemos cada noche nuestro propio “telediario” en el que apuntemos cada noche 3 momentos del día que hayamos disfrutado. No te tiene que pasar nada extraordinario, cualquier detalle del día puede ser válido y no se puede repetir aquello que en otra ocasión ya hayas mencionado, con el fin de aprender a valorar cualquier detalle cotidiano: tener agua caliente, pan del día, salud, techo, compañía… cosas que para muchas personas serían una verdadera alegría y que muchas otras dejan de valorarlo por tenerlo cada día. Lo que sucederá es que nuestro cerebro actuará como un radar buscando cualquier detalle agradable del día (una buena conversación, contemplar el atardecer…) para que por la noche lo podamos apuntar. Y así, con el paso del tiempo, esa forma de valorar y de fijarnos más en todo lo positivo, pasará a ser un nuevo hábito de vida saludable, que por supuesto podremos transferir también a nuestro deporte.
Espero que alguna de estas ideas te pueda ser de utilidad y recuerda que juntos, ¡volveremos más fuertes!