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Historias de superación

Conocer historias de superación, además de motivarnos e invitarnos a reflexionar, son un baño de humildad en toda regla. Marzo se ha convertido en un gran mes para hablar de estas historias y que, a través de ellas, consigamos interiorizar y aplicar mucho más en nuestro día a día el verbo relativizar, básico e imprescindible para el deporte, la vida y los retos con lo que a menudo nos desafía. Además, útil para ayudarnos a gestionar desde otra perspectiva emociones primarias como son el miedo, la tristeza o la ira.

 
A principios de este mes se celebraba en Playa de Aro el ITTF Costa Brava Para TT Spanish Open F40. Una competición que, además de brillar por su detallada organización, lo ha hecho por la extraordinaria variedad de sus participantes, capaces de poner “a prueba de balas” sus discapacidades, convirtiéndose en ejemplos dignos de admirar y de imitar. Casos con los que te llegas a cuestionar dónde está el límite del ser humano, si es que lo tiene, comprobando que muchos imposibles, con una buena ración de valores, se pueden lograr.
 
Como le dice Rocky a su hijo en la película de Rocky VI: “ni tú, ni yo, ni nadie golpea más fuerte que la vida. Pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte. Y lo aguantas mientras avanzas: hay que soportar sin dejar de avanzar. ¡Así es como se gana! Si tú sabes lo que vales, ve y consigue lo que te mereces, pero tendrás que soportar los golpes. Y no puedes estar diciendo que no estás donde querías llegar por culpa de él, de ella ni de nadie. Eso lo hacen los cobardes y tú no lo eres. ¡Tú eres capaz de todo!”. Y así es. Capaz de lo que se proponga es el ser humano cuando se empeña en conseguir algo.
 

A menudo los deportistas más jóvenes no acaban de comprender qué significa “relativizar”. Venir a ver este campeonato (como Club, como escuela, como madre/padre, entrenador/a, deportista…), aunque solo sea un día, es una experiencia completamente enriquecedora que ahorraría muchas explicaciones de lo que significa relativizar, pues sencillamente se entendería con ver y escuchar, y calaría mucho más que una simple definición.

 

En este artículo haremos una doble mención especial a los casos de Asier Llave y de Álvaro Valera, ambos participantes en el Para TT Spanish Open F40. Dos nombres que, desde este momento, podríamos memorizar para que cuando nos quejemos ante determinadas adversidades o incomodidades que surjan en nuestro día a día, en el entrenamiento o en la competición, nos acordemos del espíritu de lucha, de la garra ante la vida, de la fuerza de voluntad y de la capacidad de superación de estos dos resilientes deportistas. Pues como diría Toni Nadal, para poder relativizar lo primero es saber llamar a las cosas por su nombre y no elevar los inconvenientes a la categoría de problemas, sin que realmente lo sean.

 

Asier Llave nació con una enfermedad genética llamada piel de mariposa, incurable hasta la fecha. Todos los días sus padres dedican como mínimo dos horas al día, una por la mañana y otra por la noche, a curar y cuidar su piel, tan delicada como las alas de una mariposa. Las personas que padecen esta enfermad, tan poco común, se someten a curas de entre una y cuatro horas diarias o en días alternos, con materiales y vendas especiales que pueden llegar a cubrir todo el cuerpo con el fin de proteger las heridas, según explica la Asociación Debra-Piel de Mariposa de Málaga. Viven con dolor no solo en la piel sino también en zonas internas del cuerpo y pese a que sudar conlleve sus riesgos o a que jugar con décimas de fiebre (debido a la inflamación de las heridas) se haya convertido en su día a día, Asier sigue siendo capaz de disfrutar, de luchar y de aprovechar al máximo cada oportunidad que le brinda este deporte, dejándose la piel, literalmente, cada vez que decide coger su pala. Es el único jugador en todo el mundo que juega a tenis de mesa con esta enfermedad. Y lo cierto es que verlo jugar es un dardo directo al corazón diciéndonos que, por supuesto que se puede, aunque sin lugar a duda, gracias a la ayuda de sus padres y a su entorno más cercano que tanto le apoya y le quiere.

 

Asier, tu familia y tú sois un excepcional referente en valores para esta sociedad. Infinitas gracias por demostrarnos que los límites del ser humano están mucho más arriba de lo que nos imaginamos.

Por su parte, al histórico campeón de España, de Europa, del Mundo y Paralímpico (que se dice rápido), Álvaro Valera, a la edad de 5 años le detectaron una enfermedad neuromuscular hereditaria degenerativa llamada Charcot-Marie-Toot (CMT). Esta enfermedad afecta a los nervios periféricos provocando contracciones musculares y dificultades para caminar por problemas de equilibrio, ortopédicos y de debilidad. Además, se disminuye progresivamente la sensibilidad, así como la capacidad de usar las manos con eficacia. Generalmente, esta enfermedad empeora paulatinamente con la edad, pues tampoco hay tratamientos que la detengan o la ralenticen, aunque asociaciones como la CMTA financien la investigación con la esperanza de encontrar alguna solución.

 

El padre de Álvaro, con el que tenía una relación muy especial, le hizo un regalo que cambió su vida para siempre: aquella mesa con la que se enamoró de este deporte y con la que se sintió capaz de demostrar que su enfermedad no limitaría los sueños que se propusiera lograr. El reto que se le presentó a Álvaro desde muy pequeñito es bien grande, pero su fortaleza y sus ganas de romper con los límites lo son aún más. Su nuevo desafío personal: revalidar 20 años más tarde el oro que consiguió en Sydney 2000 (en aquella ocasión jugando en clase 8), en Tokio 2020 (en esta ocasión participando en la clase 6, lo que supone un mayor reto deportivo y personal, debido al avance de su enfermedad). Una batalla que hasta la fecha solo está al alcance de portentos como Álvaro.

 

Álvaro, si tú eliges soñar y vivir, como sueles decir, el mundo debería elegir aprender de ti. Gracias de corazón por enseñarnos que cuando se sueña y se lucha despierto, como decía Andrés Montes, la vida puede ser maravillosa.

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